Proclamamos vencedor absoluto a Juan, que llegó primero en dos de las tres mangas y fue segundo en la última. A los puntos, indiscutible. En la pista, intratable.
Ana se queda con el premio Piloto Revelación. Fue de más a más y en la tercera manga rodó líder destacada buena parte de la carrera para finalmente quedar tercera.
Mención honorífica para Silvia, Fanny y Rosi, que empezaron con dudas y luego no se querían bajar del coche. Mostraron un espíritu competitivo que animó el gran premio y demostraron cualidades de pilotaje. Sólo la falta de experiencia en las primeras vueltas impidió que luchasen por las medallas.
Tirón de orejas a José Antonio, quien tenía la cabeza en su inminente cambio de estado civil y no mostró su verdadero nivel. Lo mismo para Pedro y su insistente carencia de espíritu agresivo. Debimos haberle puesto una culebra en el asiento. Un mordisco en el lugar adecuado y la carrera habría sido otra cosa.
Brillante Jorge, pleno de cortesía, no dudaba en dejar pasar a todo el que le ponía el intermitente. Nobleza no le falta. Si hubiese balón y canasta de por medio, seguro que no nos perdona.
Limitado Pepe, en un coche con el motor frío y con el estómago falto de cerveza, tuvo problemas en la primera manga. En la tercera demostró cualidades y rodó en tiempos de podio.
Dejamos para el final al campeón de los trompos, el que arrolló una docena de neumáticos en una curva y hasta se quemó el lomo con la hebilla del cinturón de seguridad en la segunda manga porque olvidó ajustárselo. Al menos metió un gol en el futbolín. El que ha juntado con dificultad las letras para este artículo.
Gracias a todos por participar y por el buen rollo. Ojalá os lo hayáis pasado la mitad de bien que yo. Quizás repitamos alguna vez, aquí o en otro lugar. Lo importante es haber pasado el día con vosotros.
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